miércoles, 13 de mayo de 2015

PUTITA DESDE CHIQUITA

En esta ocasión les cuento lo que viví cuando era  muy jovencita. Yo tenía 15 años y mi primo, tenía 16 años, un día se quedó un fin de semana  en mi casa  a dormir. Físicamente nos gustamos mucho y siempre nos echamos indirectas. Ese noche se quedó en la misma habitación pero ya más noche se pasó a mi cama y dormimos juntos bien  pegaditos y su verga se empezó a poner dura, y más lo pegaba a mi cuerpo, se le puso dura como un palo... mmmm… súper rico. Pero en ese momento no sabía qué hacer, y él empezó a tocarme delicadamente; al mismo tiempo me iba besando, poco a poco me fui estremeciendo, al grado que me empezó a gustar. Después de eso, tomó mi mano, y la puso en su verga, sobre el bóxer para excitarlo más de lo que ya estaba. Al igual, él tocó mi rayita sobre mi short, suavemente, hasta que sintiera que estaba mojada y decidió quitarme mi short, y como no traía ropa interior, y me empezó a besar, su lengua húmeda pasaba por mi panochita y eso a mí me excitaba hasta el punto de que quería gritar, y me tapó la boca. Después fue su turno, nos dimos un grandioso beso, y empecé a lamerlo, desde la cara hasta llegar a su verga....mmm, mientras él quería gritar. De lo rico que la estaba pasando, se puso a morder la sábana para evitar que mis papás nos oyeran. Yo recorría su linda verga, desde los huevos hasta la riquísima puntita. Después, realizamos un 69, y los dos nos venimos. Fue lo más rico que me  paso. En esa ocasión no hubo penetración. besos bye.



































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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.