Lo que más me ha
excitado siempre es ponerme una minifalda gris que tengo y que es muy ajustada
y muy corta. Eso y no llevar tanga debajo. Poder enseñar y lucir mis nalgas y
mi panocha, disfrutar de él a la menor oportunidad. Y lo que más me gusta
después de eso es que mientras me toco, algún hombre o una mujer me mire y se
excite conmigo. Eso me excita aún más.
Ayer me levanté tarde
y me vestí apresuradamente con la primera ropa que ví. Me puse una faldita
verde, una blusa blanca y una pequeña cazadora.
Tenía que llegar a
tiempo al trabajo. Decidí tomar el metro puesto que mi coche no circulaba.
Cuando me senté en el metro, descubrí con temor que mi blusa había perdido un
botón, el superior. Disimuladamente me puse contra la pared y me abroché la
cazadora, pensando que nadie lo había visto, pero descubrí que había un chico
que no paraba de mirarme fijamente. Primero al pelo, luego a mis pechos, de
nuevo al pelo, y a mis piernas. Era moreno, con una descuidada barba y unos
bonitos ojos marrones. Reí disimuladamente y decidí ver hasta dónde llegaba el
chico. Dejé caer la carpeta que tenía en
el regazo y me agaché al suelo para recogerla; no tuve más remedio que abrir un
poco las piernas, no exenta de provocación, cuando me di cuenta que aquel
chico estaba mirando entre mi pierna.
Cuando recogí la
carpeta, fingí mirar hacia otra parte pero pude comprobar el gran bulto que
había entre sus piernas. No me extrañó que se hubiese excitado tanto, mi
tanguita era muy provocativa.
Cuando llegué al
trabajo, me encerré en mi despacho. Me senté en un sillón y me baje la falda y
la tanga. ¡Estaba excitadísima!
Mis manos comenzaron a
recorrer todo mi cuerpo, cerrando los ojos para poder recordar lo ocurrido y
desabrochando mi cazadora y mi blusa. Hecho esto, comencé a estrujar mis pechos
con mis manos, acariciando mis pezones. Hacer esto me convertía en un animal en
celo, me ponía tremendamente cachonda.
Después, una de mis
manos bajó por mi vientre, abrí suavemente las piernas y toqué mi clítoris con
la yema de mis dedos. No me sorprendió estar mojada pero si me sorprendió
estarlo tanto.
Sin pensar en lo que
hacía, comencé a masturbarme, a acariciar mis labios vaginales, a meterme
varios dedos en mi vagina, a acariciarme el clítoris...
Mi mente recordó al
chico , imaginé como sería recorrer con mis labios su gruesa verga, sentirla
golpeando mis muslos, entrando y saliendo de mí, humedeciéndose con mis fluidos,
gritando de placer, su verga de nuevo dentro de mí, de nuevo fuera, destrozándome
las entrañas con un placer tan grande que resultaba incapaz de sentirse del
todo.
Cogí con los ojos
ciegos de placer, un grueso marca textos y metiéndolo dentro de mí, comencé a
moverlo en mi interior, a sacarlo y meterlo en mi vagina. Me imaginaba que me
estaba cogiendo, que me metía su dura verga en mi interior. Con una sacudida
eléctrica de placer, llegué al orgasmo.
Temblé de placer con
el orgasmo y mi visión se volvió borrosa durante unos instantes. Espero les
alla gustado .besos bye
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.