Dentro de la oficina en la que trabajo como recepcionista
hace tiempo. A mí me pareció que era
justo, que solicitase un aumento de sueldo. Ya que además de que soy la primera
cara que ven los usuarios cuando llegan a nuestra oficina, y como las cosas
están tan caras, con lo que gano apenas, y puedo darme uno que otro pequeño
lujo, como ir al spa, al salón de belleza, así como comprarme buena ropa. Ya
que del resto de los gastos, mi marido se encarga de cubrirlos.
Razón por la cual, después de consultarlo con mi esposo, y
él decirme que a juicio de él, no era apropiado que solicitase dicho aumento.
Pero aun y así, las palabras de mi esposo no me desanimaron, y el lunes en la
tarde después de que la mayoría de los empleados, ya se habían retirado, decidí
ir hablar con el Director, para pedirle un apoyo más.
Desde que entré en la oficina, de inmediato me di cuenta de
la manera en que el Director me veía, era como si me estuviera quitando la ropa
con los ojos, pero aunque yo procuré no darle mucha cabeza a eso, siempre
afecta a una, que un hombre la vea, como si estuviera desnuda.
Yo le plantee al Director, que yo era el primer rostro que
ven los usuarios, y que entendía que por eso, en realidad no sería un aumento
de sueldo, sino más bien una inversión de la oficina. En presentar una imagen,
a través de mi persona, que fuera del agrado de los usuarios.
El Director sin quitarme los ojos de encima, clavándolos
fijamente en mis senos, los que yo sé, que son algo atractivos, me dijo. Mire,
la verdad es que no lo había visto desde ese punto de vista, y ahora que me lo
dice, lo tendré en cuenta. Pero antes de tomar cualquier decisión, quisiera ver
algo más.
Yo la verdad es que, podré ser recepcionista, pero no soy
tonta, ya que por la manera que el Director me miraba estaba bien claro para
mí, que era lo que él buscaba realmente. Pensé en esos momentos, tengo dos
opciones, o lo mando de paseo, y seguramente pierdo el empleo, o juego su
juego. Bueno si les digo que aun sigo trabajando en la empresa, entenderán que
decidí jugar su juego.
Yo me acerqué a su escritorio, y con el mayor atrevimiento
de mi parte, me subí en él. Al tiempo que bajando con mis manos, el escote de
mi corto vestido, comencé a mostrarle mis rosadas tetas. Por otra parte la pequeña falda
que estaba usando se me subió hasta mi vientre, mostrando sin dificultad
alguna, toda mi panocha rasurada apenas cubierto por la tanga, tipo hilo dental
que tenía puesta.
Definitivamente había impresionado al Director, sus ojos
parecían que se iban a salir de sus cuencas. Fue cuando sonriendo me dijo, baja
aquí, señalando la alfombra tras su escritorio. Yo obedientemente le hice caso,
y mientras bajaba del escritorio, el Director sacó su parada verga del
pantalón.
Ya sé que pueden estar pensando de mí, mira que puta, pero
prefiero eso a sufrir carencias. Apenas terminé de arrodillarme, con mis manos
agarré el miembro del Director y una vez que lo dirigí a mi boca, de inmediato
me dediqué gustosa a mamárselo. En esos momentos, sentía con mis labios las
muchas venas que recorrían su verga, así como su colorado glande golpeando una
y otra vez, tanto el fondo de mi garganta, como a mis mejillas por dentro. Pero
al tiempo que yo seguía mama que mama, el Director se fue quitando toda su ropa,
hasta quedar del todo desnudo, y de pie, ante mí.
Después de un buen rato de estar mamando su verga, él me
colocó sobre su escritorio, diciéndome. Sabes, hasta ahora has aprobado todo mi
examen, pero que te parece, si además del servicio de recepción, ocasionalmente
te encargas, ser mi puta, harás que me sienta
mejor que en mi propia casa. Así que imagínate, ¿Qué harías ahora? Yo me
encontraba con mis piernas bien abiertas sobre su escritorio, por lo que, lo
único que se me ocurrió fue agarrar su miembro con mis manos, y dirigirlo
directamente a mi abierta panocha.
Fui sintiendo como me iba penetrando, como sus testículos
chocaban contra la parte baja de mis nalgas, y el resto de la tarde de ese
lunes nos la pasamos, teniendo el sexo más increíble que jamás haya yo
disfrutado antes. Al momento en que tuve mi orgasmo, fue tal el alboroto que
armé, que uno de los empleados de mantenimiento, poco le faltó para abrir la
puerta y entrar.
A medida que el Director y yo continuamos coge y coge, él me
chupaba las tetas, mientras que yo me fui quitando el resto de mi ropa, hasta
quedar tan desnuda como lo estaba él. Cuando finalmente se vino dentro de mi
panocha, sonó su teléfono, era su esposa que le decía que ya venía a buscarlo.
Como si nada hubiera pasado entre nosotros, tomando su ropa y vistiéndose, me
dijo hasta mañana, ya sabes tienes el apoyo, pero acuérdate de que me debes
atender infinitamente.
Agotada pero satisfecha entre al baño de la oficina del
Director, y tras lavar mi panocha, cuando me dirigía a recoger mi ropa, que me
encuentro al de mantenimiento, observándome. Bueno ya les dije, soy la
recepcionista, pero no soy tonta, por su manera de verme entendí que no iba a
salir de la oficina a menos que no, lo dejase que me lo metiera…..