Esa mañana fui
a sacar el coche del lugar donde lo guardo y me fallo, la batería se había
bajado.
Un vecino que
también guarda sus carro ahí se ofreció para ayudarme, cuando me di cuenta había
sacado unos cables de su coche había hecho unas maniobras y su coche estaba
frente al mío, puso los cables y me pidió que me subiera para arrancarlo.
Ahí empezó la
cosa, llevaba una falda no demasiado corta, pero tampoco larga, al subirme al
coche mi tanga quedo a la vista, algo que no pasó desapercibido por él.
Curiosamente
no me sentí mal por aquella situación me estaba gustando. Deje una pierna
pisando fuera del vehículo, mis piernas estaban abiertas, él se subió a su
coche, lo arranco y me dijo que intentara arrancarlo, lo hice y mi coche
arranco.
Cuando se acercó
a retirar los cables, su vista volvió a fijarse en mis piernas, yo hice que
miraba hacia otro sitio, pero sabía que me estaba mirando y cada vez me gustaba
más.
Metió los
cables en su coche y se acercó para decirme que lo mantuviera arrancado un poco
tiempo, ya que así cargaría mi batería y no tendría problemas, pero su vista seguía
fija en mis piernas.
Sin dejar de
mirar mis piernas me dijo que las tenía muy bonitas, le di las gracias por el
piropo mirándole fijamente a los ojos, no se por qué, pero ese hombre me atraía
y la situación me seguía gustando.
La puesta del
estacionamiento estaban cerradas y los
dos solos, sus labios se acercan a los míos y respondo a su beso tomándolo por
la nuca, meto mi lengua en su boca, su mano busca mis piernas, va subiendo cada
vez más, abro mis piernas y retira el tanga, sus dedos acarician mi panocha y
un suspiro sale de mi boca.
Sus dedos
saben cómo dar placer, noto que estoy más mojada de lo normal, sus dedos entran
y salen de mi panocha, primero uno, luego dos, al tercero me tumbo sobre los
asientos del coche para facilitarle el trabajo, el aprovecha, se agacha y su
boca se mete entre mis piernas, su lengua empieza a lamer, sus dedos acarician
mi panocha y noto como un dedo busca mi culo, empieza una caricia sin que su
boca deje de lamer, apretó su cabeza contra mí, me estoy corriendo en su boca,
el aprovecha el momento y su dedo desaparece en mi culo, esa caricia hace más
intenso mi orgasmo y lo dejo hacer.
Se pone de
pie, sin quitarse el pantalón saca su verga, la veo ya la tenía bien dura , y
la toma en busca de mi panocha y desaparece dentro de mí, el placer que siento
es tremendo, pero le digo que mi marido esta operado que tenga cuidado, el la
saca, no quiere correr riesgos, me incorporo del asiento y mi boca busca su
verga, desaparece por completo, mis manos aprietan su culo y mueve un poco sus
caderas, mi lengua empieza con caricias pero sin sacarla de mi garganta,
empiezo a notar como su leche recorre su verga hasta llegar a mi boca, sigo
chupando mientras él se viene, me lo trago todo, me gusta su sabor, se la chupo
hasta que empieza a perder vigor.
Su boca busca
la mía, esa caricia me gusta, me dejo llevar y mi lengua sale al encuentro de
la suya, me gusta como besa, es intenso, sin dejar de mover la lengua.
Más relajados
le digo que mi coche tendrá problemas de arranque durante varios días, el sonríe
y me dice, bueno, tendré que ir a la farmacia.
Pero no hizo
falta, cada día, se la chupaba, se venía en mi boca, algunas veces me cogió por
el culo, pero siempre acababa en mi boca.
Por desgracia
mi marido le puso la batería al coche, aunque repetimos alguna vez, me
encantaban sus besos, pero sobre todo que
me llenaba de leche boca.
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.