Ya que me encanta comprar ropa tengo
muchísima de sobra. Un día estaba aburrida, recién comenzaba mi día y decidí ir
a un centro comercial para ver las ofertas de verano. Me puse un vestido floral
de una pieza debido al calor y sandalias con suela de corcho de correas azules.
Admito que desde la mañana amanecí un
poco cachonda y todo el día estuve soñando despierta. Cada que veía una persona
atractiva me la imaginaba tomándome a la fuerza, quitando mi vestido exponiendo
mi cuerpo semidesnudo y después ultrajándome sin que yo pudiera hacer algo al
respecto.
Decidí pasar toda la tarde paseando; Me
dio algo de hambre y fui a comer, pero he de decir que en realidad tomé más
agua de lo que comí. Después de comer me puse a leer un libro que había comprado
antes pero después de diez minutos me dieron ganas de ir al baño. Busqué el
sanitario más cercano. Mientras me lavaba las manos me recordé una de las
imágenes que había tenido antes. Pero esta vez imaginaba que un joven que había
visto en el área de comida entraba al baño, se acercaba detrás de mí y me
comenzaba a acariciar mis senos, alzaba bruscamente mi vestido, bajaba mi tanga
hasta mis rodillas y frotaba su pene
erecto y caliente entre mis nalgas.
Sacudí la cabeza pero ya estaba tan
cachonda que no podía evitar tocarme, cerré la puerta del baño con seguro y me
dispuse a complacerme. Primero me aseguré que no hubiera nadie más dentro del
baño. Primero me recargué en el lavabo, metí mis manos debajo de mi vestido y
froté mi vagina sobre mi tanga , las cuales eran blancas de algodón con un
coqueto moño azul como único decorado. Me mojé rápidamente, ahora no sólo
pensaba en ese joven frotando su miembro. Mientras imaginaba eso mi tanga se
mojaban cada vez más, sentía el fresco contacto de mis jugos que humedecía la
tela, mi vagina cada vez se ponía más sensible también. No podía más, hice a un
lado mi tanga sin quitármela y comencé a meter mis dedos índice y medio, lo
hacía lentamente imaginando que era el joven quien metía su pene en mi vagina.
Metí mis dedos lo más profundo que pude, los movía dentro de mí, mientras que
con el pulgar estimulaba mi clítoris con movimientos lentos, Ahora estaba
completamente excitada, me frotaba contra el lavabo, movía mis piernas lo cual
me hacía subir y bajar, movía los dedos más rápido. Me fui a sentar a un
retrete, lo hice con cuidado para evitar accidentes, bajé un poco mi vestido
exponiendo mis senos, mis pezones estaban duros y erectos, con mi mano libre
comencé a masajear mi pezón izquierdo, mientras que con la otra mano frotaba
mis labios menores, los abría y cerraba, mis jugos ya habían empapado mi tanga.
Estaba por venirme, podía sentir ese
hermoso cosquilleo y esa sensación como de orinar mientras frotaba mi vagina de
arriba abajo y frotaba mi clítoris también con la otra mano. Poco después al
fin el orgasmo esperado llegó, abrí las piernas y las elevé un poco en el aire,
apretaba los dedos de mis pies en la suela de mis sandalias, como evitando que
cayeran, mis gemidos hicieron eco en el baño vacío.
Lavé mis manos y me puse un poco de
perfume para disimular el olor de mi travesura. Pero de inmediato me asaltó una
idea, tal vez debido a que aún estaba cachonda.
Me quité la tanga empapada y la hice
bolita, las llevaba en mi manó que cerré en un puño. Así, con mi sexo expuesto,
aunque sea debajo de mi vestido podía sentir la más mínima brisa gracias a que
mis jugos aun humedecían mi vagina.
Decidí dejar mi tanga escondida en un
rincón para que algún afortunado las encontrara e imaginara quién pudo dejarlas
ahí.
Salí y caminé un rato y después de
disimular un poco noté una pequeña banca que estaba cerca de un borde lo cual
la hacía perfecta para dejar mi tanga escondida entre la banca y la pequeña
pared. Me senté y simulé estar cansada, agité mi mano libre con la cual tenía
mi libro. Después con un movimiento calculado lo dejé caer entre la abertura y
al alcanzarlo con mi otra mano dejé mi tanga y recogí el libro.
Puede que no haya sido mucho, pero esa
experiencia me hizo tener un nuevo hobby y ¿quién sabe?, tal vez alguien de
aquí ha sido el afortunado de encontrar mi regalito y lo ha atesorado desde
entonces.
Espero les haya gustado. Les mando muchos
Besos bye.
Cariño mio:
ResponderEliminarQue caliente me pones con ese tanga, no puedo parar de venirme deseando soltarte hasta la ultima gota de leche de mis huevos adentro de tu panocha te amo, tu Roberto.