martes, 16 de enero de 2018

Una aventura sexual con otro hombre sin saber mi esposo

En esta historia de una aventura sexual voy a contar como fue que mi esposo me compartió con otro hombre, sin saberlo.

En la oficina  conocí a Israel, él era un muchacho que a diario iba a realizar trámites a la dependencia. Muy pronto me di cuenta que cada vez que iba siempre se me quedaba viendo. Hasta que un día me preguntó mi nombre.

De ahí en adelanté siempre me saludaba y me invitaba a salir. Yo rechacé su invitación durante dos semanas, hasta que un día acepté su invitación, ese día me esperó a que saliera de trabajar. Por la tarde me invitó a una cafetería que estaba cerca de mi trabajo, estuvimos platicando unas dos horas de nuestros gustos. Ya de ahí me llevó en su camioneta grande familiar con mucho espacio a mi casa.

Durante el camino me decía que le gustaba mucho, me preguntó si era casada, lo cual le contesté que si y con 2 hijos, pero me dijo que eso no importaba por que el tenía interés en mi.

Ese día ahí terminó, quedando yo de salir con él unos días después. Pasaron 5 días cuando me invitó otra vez. Yo en esos días me había enojado con mi esposo, y me estaba quedando en casa de mi madre.

ese día salí a las 7 de la tarde, yo salí muy cansada porque hubo mucho trabajo, asi que solo nos quedamos dentro de su camioneta platicando. Le platiqué que me dolían mis pies por estar parada en el trabajo y el se ofreció a sobarme mis pies. Yo sólo me reí y accedí. Yo subí mi pie en su rodilla tratando de que no se subiera mucho mi falda y me sobó muy rico un buen rato.

Después de sobar mi pie se fue a mis chamorritos, y así fue subiendo poco a poco sus manos mas arriba. A mi me estaba poniendo cachonda la sobada, tanto que dejé que tocara mas, hasta que llegó hasta mis muslos, pues ya se me veía mi tanga. Pero ya no quise detenerlo y lo dejé seguir, pero me dijo que nos pasáramos atrás para estar mas cómodos.

Ya atrás subió mi falda y siguió masajeando mis muslos, cada ves mas intenso, hasta que llegó su mano a mi entrepierna y rozaba mi panochita. Yo solo cerré mis ojos y él empezó a acariciar por encima de mi tanga mi panochita, hasta hacerlo un ladito y meter su dedo dentro de mi panochita.

Luego con la otra mano empezó a tocar mis bubis, y así me tuvo un buen rato, tanto que me puso muy cachonda y le empecé a agarrar su verga que la tenía bien parada. Poco a poquito me fue bajando la tanga, porque yo me resistía a que me la quitara, pero logró ponerme bien caliente que me la quitó.

Después me recargó bien en el asiento y yo le desabroché el pantalón, ya luego él se lo bajó, sacó su verga y me la metió muy despacito, pero como él ya estaba muy caliente solo me aguantó unos 5 minutos y se vino dentro de mi.

Luego se disculpó y me llevó a mi casa, y así fueron nuestros encuentros sexuales porque nunca fuimos a un motel. Nosotros siempre cogíamos en su camioneta, durante 4 meses lo hicimos unas 40 o 50 veces ahí sin tener problemas.

Hasta que un día en la tarde estábamos cachondeando, que me pidió me le subiera, pues ya me había quitado la tanga. El estaba en el asiento del conductor cuando vi que venía un policía en su moto, que ya no me dio tiempo bajarme y se paró ahí en la ventanilla y que vio que me tenían bien ensartada.

Total que tuvimos que darle un buen dinero para que nos dejara ir. Ya cuando llegué a mi casa ahí me estaba esperando mi esposo. 

Espero que les haya gustado mi relato y si quieren comenten aquí abajo en los comentarios que les ha parecido para seguir compartiendo mis. Besos bye





















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.