lunes, 8 de enero de 2018

De regreso a la oficina

Hola a todos. Quiero agradecer de antemano a todas las personas que han seguido de cerca mis relatos y que amablemente han tenido a bien dirigirme algunos comentarios. Gracias a todos y a todas.

El relato que les voy a platicar, me sucedió hace unas horas, en el microbús. Salí de la oficina muy contenta porque mi jefe me felicito ya que está muy contento con mi trabajo.

Contenta por lo sucedido, me dirigí hacia la parada de microbuses para tomar uno de ellos que me llevara a casa, ya que el día de hoy no circula mi auto. El micro venía un poco lleno, así es que decidí sentarme en la parte posterior del micro, poco a poco fue bajando mucha gente y  subió un muchacho al cual no le di mucha importancia, no se veía mal vestido, era un estudiante por su uniforme de escuela. Cuando se acercó al asiento y muy amable me dijo que si podía tomar asiento, le dije que no había ningún problema.

Yo me vestí el día de hoy con una falda no muy corta, es decir, poco arriba de la rodilla de color rojo  y una blusita delgada de color blanco, traigo puestas unos pantiligueros de color beige. Es decir son pantimedias que forman con un liguero de la misma tela y dejan al descubierto mi panocha, claro que también llevo puesta mi tanga.

Con forme iba transcurriendo el viaje el muchacho subió su mochila y comenzó a hacerme la platica, como yo venía contenta, le contesté la plática, aparte de que era guapo el muchachito. Poco a poco, dejamos de platicar y me fui recargando hacia el cristal para dormirme un poco y el creo que se dio cuenta y sin prestar mucha atención de mi parte, sentí parte de sus dedos en mi rodilla. No se me hizo nada desagradable, porque el muchacho, estaba lindo, así es que acepté y sin decir nada ni hacer nada tampoco, seguí haciéndome la dormida para dejar que él me tocara un poco.

Duró un buen rato con su mano en esa posición y yo nunca intenté nada para moverme, ya que iba disfrutando de mi supuesto sueño. De repente, el microbús hizo una parada un poco larga y por los movimientos de las personas escuche que mucha gente bajo del mismo. En ese momento, el muchacho quien dijo haberse llamado Javier, me toco con toda su mano mi rodilla, y creo que me sobresalté un poco, pero no para despojarlo de mi rodilla, sino que fue una reacción de mi mismo cuerpo. Se había atrevido a tocarme toda la rodilla, y sentía como su mano temblaba un poco, como una conjunción de miedo y de excitación, lógicamente al sentir esa sensación, me sentí dueña de la situación de manera completa, entonces sabía yo que el chico iba a llegar hasta donde yo le permitiera, entonces me dispuse a disfrutar mucha más de lo que me iba sucediendo. Poco a poco, fui abriendo ligeramente mis piernas para permitirle el paso a su osada mano, la cual no tardó en avanzar entre ellas. Era evidente que su mano le temblaba de manera más notable que al principio y eso me animó mucho más, ligeramente abrí uno de mis ojos para verlo de reojo y el muy condenado también se iba haciendo el dormido, lo cual no era nada creíble.

Pero lo que si me di cuenta es de que una señora que iba delante de mí no perdía detalle de la situación, hasta que hubo un momento en que me toco la señora con su mano para hacerme despertar y decirme que el muchachito iba abusando de mí, sin chistar le dije que no había problema, que era mi novio y que a él le gustaba jugar con mis piernas, por supuesto él no abría los ojos para nada, pero tampoco puso nada sobre mis piernas, así es que me había subido más la falda y también eso me excito.

Sin querer me di cuenta que no solo la señora me iba viendo, sino mucha gente que pasaba volteaba a verme de manera descarada y alguno que otro se sentaba o junto a nosotros o delante de nosotros o atrás de nosotros para tener una mejor visión de lo que ahí sucedía. Cuando volví a cerrar mis ojos el muy cabrón, subió tanto su mano que llegó a donde terminan mis medias y comienza mi piel, ahí fue donde las cerré fuertemente ya que tuve un delicioso orgasmo, y su mano quedó apretada entre mis muslos, así seguimos no sé cuánto tiempo, de repente sentí como deslizó su mano hacia fuera de mis piernas y colocó de forma normal mi falda, aunque por dentro de mi no quería que se fuera. Sin darle mucha importancia y en la misma posición en la que yo venía sin abrir los ojos, sentí sus labios que presionaban los míos, abrí la boca como impulsada por un resorte y me besó dulcemente, abrí los ojos y me dijo, espero que nos volvamos a ver algún día, me dio mucho gusto conocerte, nuevamente me besó y yo le correspondí.

Espero que les haya gustado mi relato y como siempre, espero sus comentarios y platicas a mi correo para platicarles más de lo sucedido.


















Reciban un fuerte abrazo y un dulce beso.

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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.