Una
noche después de trabajar todo el día, mi esposo y yo nos acostamos viendo una
película y nos quedamos dormidos, así vestidos como veníamos del trabajo. Hacía
mucho calor. Como a las 03:00 de la mañana. Me desperté sudando, decidí
levantarme para bajar a la cocina a tomar un poco de agua sin imaginarme
siquiera lo que me esperaba. Todo estaba oscuro, iba a prender la luz de la
cocina cuando sentí que me sujetaban fuertemente por detrás y una mano me
tapaba la boca, yo forcejeaba e intentaba gritar, escuché su voz que me
ordenaba:
-
cálmate y no grites.
Lo
alcance a ver de reojo y se trataba de mi vecino de 24 años llamado Alberto, que siempre
se me quedaba viendo cuando pasaba junto a él, pero nunca se había atrevido a
hablarme, el muchacho se había brincado la barda y se metió por la ventana para
estar ahí esa noche, para mi sorpresa comencé a sentir como una de sus manos
apretaba mi seno, mientras apretaba su cuerpo contra el mío, podía sentir su
verga dura y gruesa muy pegado a mis nalgas, su pene trataba de meterse entre
mis nalgas por encima de la falda, mientras su mano se metió debajo de mi blusa
y me arranco el brasier de un tirón y su mano masajeaba mi pecho, mientras
sentía su respiración agitada en mi oído, sus labios besaban mis mejillas y
metía su lengua en mi oído, no pude evitar excitarme ante tales caricias, pero
seguía forcejeando y tratando de gritar para guardar las apariencias y sobre
todo porque al moverme más, sentía más rico ese gran trozo de carne en mis
nalgas, su mano se metió debajo de mi falda y hábilmente debajo de mi tanga,
llegando a mi panochita que para entonces estaba muy mojada, él se dio cuenta
enseguida de que estaba mojada y excitada y me dijo:
—no
grites hace mucho que quería hacer esto.
Su
boca se prendió de la mía, mientras una de sus manos se metía debajo de mi
falda hasta hacer a un lado mi tanga y hábilmente acariciaba mi panochita y
acariciaba mi sexo con toda su mano mmmmmm yo estaba extasiada, metía sus dedos
hábilmente en mi rajita, sus labios bajaron por mi cuello, mis hombros y
llegaron a mis senos, los succiono, los chupo... Mmm que delicia... Mientras
sus manos acariciaban mis nalgas
apretándolas. Mmmm…. Sus labios continuaban succionando, besando, mordiendo mis
senos, delicioso. Me tomo de las nalgas cargándome mientras no dejaba de
succiona mis pezones, me llevo a la mesa, me recostó boca arriba con la cabeza
en la orilla de la mesa, colgando hacia abajo, yo no alcanzaba a articular
palabra del asombro y la excitación. Sentí su verga en mi mejilla, se abalanzo
a mi panochita … aaaaaahhh… que excitación de sentir su lengua hurgando en mi panochita
deliciosamente… mmmm que delicia… Tuve mi primer orgasmo, me vine al sentir esa
lengua deliciosa y al sentir su verga en mi mejilla y al estar tan caliente.
Tome
su verga entre mis manos y decidí corresponderle al placer que me estaba dando,
me metí ese gran trozo de carne en mi boca, lo comencé a besar, estaba tan
excitada me olvide hasta de que mi marido estaba en el cuarto de arriba
durmiendo placidamente… mmmmm… estuvimos largamente haciendo un 69 delicioso
hasta que se vino en mi boca, con un largo suspiro se estremeció… aaaaaaahhhhh…
su leche inundo mi boca y escurrió por mi cuello. De pronto se paró y me tomo
por la cintura, me ordeno que me parara en la orilla de la mesa, me tomo una de
mis piernas y la subió a su hombro mientras con la otra yo me apoyaba en el
suelo y me recostaba de lado en la mesa, me metió su verga de un solo
movimiento hasta el fondo… mmmm aaaaaaa… que delicioso… sus manos tomaban mis
senos, los apretaban mientras me jalaba… mmm… con cada embestida yo me separaba
del suelo… que rico mmmm… sus bolas rebotaban con fuerza en mi panochita ….
Deliciosoooooo… el prácticamente me cargaba, nos movíamos al mismo ritmo… mmmmm
delicioso… que sensación tan rica sentir esa verga entrar y salir de mi panochita
… aaaahhh… tuve un segundo orgasmo delicioso… me recostó en la mesa, colocando
mi abdomen en la mesa y con mis pies en el suelo, desde atrás de mi me ensarto
su verga en mi panochita …. calienteeee… mmmm que ricoooooo…
Nos
movíamos más y más fuerte, más y maaaaas. Aquel muchacho me cargaba literalmente
tomándome de mis caderas, mientras me ensartaba su verga grande que apenas
cabía en mi panochita … mmmmmm … no podía evitar gemir ante aquellas
envestidaaaas… mmmm sus bolaas rebotaban en mi panochita rico…. sus manos
tomaban mis cabellos y me jalaba maaaaaas mmmmmm que ricura, me estaba
cabalgando ricoooo, nos movíamos mas y mas fuerte…. deliciosooo… rico… mmmm… no
podía creer que aquel muchacho que apenas había visto, tan tímido y que no se
atrevía a hablarme estuviera cogiéndome salvajemente y que yo estuviera
sintiendo tanto placer, quería gritar, pero me acorde de que mi esposo estaba
en el cuarto de arriba y me aguante, pero gemía de placer, los dos tuvimos otro
orgasmo. yo casi me desmayo del placer, me quede muy quieta después del orgasmo,
deliciosamente relajada pensando que todo había terminado, pero él me jalo
hacia el al tiempo que decía:
—eres
una mujer muy rica y caliente…
Se
sentó en la silla y me dijo que me montara encima de él, que raro sentí de que
alguien 20 años menor que yo me diera una orden, pero claro que obedecí aun
mareada por tanto placer.
—si le
dije... Has de mi lo que quieras…
Para
mi asombro su verga estaba dura, me la fue metiendo poco a poco y sus manos
tomaron mis nalgas, las apretaba mientras me jalaba más y más fuerte, sus
labios besaban mis senos, los chupaba, los mordía mientras me la ensartaba toda
deliciosamente, sus manos apretaban más y más mis nalgas, yo me movía al mismo
ritmo, nuestros cuerpos sudaban…
Le
decía:
—siiiiiiiiiiii
bebeeeee…. asiiiiiiii métemelo todo…. ricooooooooo
—aaaaahhh….
que rica estaaaas… no pensé que fueras tan deliciosaaaaaa… tienes una panochita
sensacionaaaaaaalll…
—mmmmmm…
que rico… siento tu vergaaaa bien ensartada… mmmmm… sigueeeeeee.
Yo me
levantaba hasta que su cabeza quedaba en la entrada de mi panochita y luego me
dejaba caer hasta el fondo, él se estremeció y gritó de placer mientras se
veniaaaaa… mmmmm… sentí su leche caliente en mi panochitaaaa… pero me seguí
moviendo, no deje que parara, me la seguía enterrando hasta el fondo,
prácticamente me lo estaba cogiendo yo a él, mientras le restregaba mis senos
en su boca, me movía, mas y mas fuerte encima de él. el sentía como mis nalgas
rebotaban con fuerza encima de él y me decía:
—mmmmm
mamitaaaaa rica… que deliciosaaaa…
estaaaaaas… mmmmmm… que delicioso…
Sus
labios succionaban mis senos con fuerza, los chupaba, los mordía mientras sus
manos apretaban con fuerza mis nalgaaaaas, yo estaba a punto de desmayarme de
placer, le dije:
—yaaaaaaa…
yaaaaaaaaa…. me vengooooooo… aaaaaahhhhh…
Y el
al mismo tiempo se estremecía y me decía:
—mmmmmmmm
siiiiiiiiiiii…. ricooooooo…yo tambieeeeeeeen… me vengooooooo… mmmmm… nos
quedamos abrazados varios minutos… mientras nos recuperábamos del éxtasis…
aaaaaahhh… que sensación tan placentera…
Él se
paró, se puso su ropa, me dio un beso cariñoso y salió por la ventana por la
que entró, yo me fui a dormir y al otro día me levanté muy relajada pero a la
vez adolorida de todo el cuerpo como si hubiera hecho mucho ejercicio y sí que
lo había hecho, por eso me di cuenta de que no había sido un sueño. Desde
entonces siempre dejo una ventana abierta, en espera de mi vecinito
aprovechado.
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.