Les voy a contar lo que sucedió hace años
cuando trabajaba de edecán, un amigo me invito a pasar los días santos en su
casa de Cuernavaca, su nombre en Alejandro compañero de la agencia donde
trabajaba , pase por él y nos encaminamos a la Carretera, yo iba manejando y
comenzamos a hablar de temas cachondos, el me preguntaba de mis novios
anteriores y de cómo tenía sexo con ellos, la plática me fue calentando y el
empezó a acariciarme, primero las piernas, luego en mi abdomen, subió a mis
pechos, lo deseaba, hace tiempo que nadie me acariciaba de manera tan
exquisita. Había transito sobre Insurgentes a la salida y no me importaba de que de otro auto fueran a ver cómo me
acariciaba, bajo y frotó mi panocha sobre mi pantalón, me puse a mil y deseaba
que continuará, desabrocho mi cinturón y bajo el cierre de mi pantalón, me levanté
un poco del asiento para permitir que me bajara mi tanga. Su mano recorrió mi
panocha rasurada y colocó un dedo en mi clítoris, movió su dedo en círculos, yo
empecé a sentirme en la gloria, nos acercamos a la caseta y le pedí que me
dejará cubrirme, no me dejaba, pero finalmente lo hizo poco antes de pagar al
cobrador. Ya en plena carretera me volvió a bajar mi pantalón y esta vez lo
dejo más abajo, primero me metió un dedo y con el otro estimulaba mi clítoris,
estaba muy excitada y húmeda, quise sentir su miembro y lo toque sobre el
pantalón, estaba grande y duro, se me antojo, así entre cachondeos llegamos a
su casa en Cuernavaca. Estaba muy caliente, arregle mi ropa y me pidió que
tocara el claxon, y cuál fue mi sorpresa
nos abrió otro compañero de la agencia, Miguel el cual me encanta, ya
había cogido con el varias veces y tiene una verga enorme y aguantadora. Metí
el auto y llegaron a saludarnos otros dos amigos mutuos, Raúl y René con ellos
también había tenido algunas aventuras. Alex me indicó que estaríamos en la
habitación principal, subimos y al fin pude estar a solas y en manos de
Alejandro, me desnudo completamente y comenzó a chupar mis pechos, fue bajando
poco a poco y se detuvo en mi ombligo, introdujo su lengua y sentí un
cosquilleo muy agradable, bajo su lengua y me la metió completamente en mi
panochita, no pude más y me vine, el chupo mis líquidos. Me pidió que abriera
mis piernas, se bajó su bóxer y pude ver por su miembro duro como el acero, le
pedí que me lo metiera pero se puso a chuparme mis pantorrillas, le suplique,
me lo metió de un golpe, fue delicioso, se empezó a mover poco a poco, duro un
tiempo que me pareció una eternidad, terminó llenándome de su semen. Quede
exhausta, me recuperé, su leche escurría de mi interior, me limpies y me puse
mi coqueto mini bikini negro. Nuestros tres amigos nos esperaban en la alberca,
por sus caras parece ser que les gusto verme. Estaba muy cansada y tendí una
larga toalla sobre el pasto y me acosté boca abajo, dejando a la vista de todos
mis atractivos. Miguel se ofreció a ponerme bronceador y darme un masaje. Había
tenido una semana muy complicada, pero en estos días había tenido mucho trabajo
y el masaje de Miguel empezó a relajarme, sentí como liberó el broche de mi top
y me empecé a quedar dormida, descansé profundamente. Cuando desperté estaba
completamente desnuda, mi traje de baño había desaparecido, mis cuatro amigos
me rodeaban, desnudos y con sus vergas bien paradas, yo ya había tenido sexo
con todos pero me asuste al verlos a todos desnudos y rodeándome. Intenté
escapar pero Raúl me detuvo, llevó su mano a mi panocha y me metió un dedo,
René me acarició el trasero, hicieron que me hincará y que se la mamará a
Miguel, esto si me gusto y me excité mucho, René me penetró por mi culo, tenía
dos vergas dentro de mí, Raúl se acomodó y me la metió por la panocha, ya eran
tres y Alex comenzó a chuparme los pechos, los cinco nos movíamos duro fue una
cogida estupenda, todo se vinieron dentro de mí. Ya recuperada fui a buscar mi
ropa para ponerme algo, me escondieron todas mis pertenecías, me quede los
cuatro días no tan santos entre ellos cogiendo de muchas maneras que les
contare en otra historia.
besos bye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.