Hola a todos.
Quiero agradecer de antemano a todas las personas que han seguido de cerca mis
relatos y que amablemente han tenido a bien dirigirme algunos comentarios.
Gracias a todos y a todas.
El relato que les
voy a platicar, me sucedió ayer, en el microbús que viene del metro popotal a Azcapotzalco. Regresaba de una
reunión en las oficinas del zócalo y pues como todo me había salido bien regresaba contenta por
lo sucedido, me dirigí hacia la parada de
Tome el metro en
Zócalo y me baje en popotla y me
dirigí a la parada de microbuses para
tomar uno de ellos que me trajera de regreso hasta la oficina,
Ya que ayer no
circulo mi coche. El micro venía un poco lleno, así es que decidí sentarme en la parte posterior del micro, poco a poco fue
bajando mucha gente pero como a la mitad del camino se subió un muchacho al cual no le di
mucha importancia, no se veía mal vestido, era un estudiante por su uniforme de escuela. Cuando
se acercó al asiento y muy amable me dijo
que si podía tomar asiento,
le dije que no había ningún problema.
Yo venía vestida con una falda no muy corta, es decir, poco
arriba de la rodilla de color verde oscuro y una blusita delgada de color verde
claro, traia puestas unos panti ligueros de color beige. De esas que son
pantimedias que forman con un liguero de la misma tela y dejaban al descubierto
mi panocha, claro que llevaba una tanguita.
Con forme iba
transcurriendo el viaje el muchacho subió su mochila y comenzó a hacerme la plática, como yo venía contenta pues le hice también la plática, aparte de que era guapo el muchachito. Poco a poco, dejamos
de platicar y me fui recargando hacia el cristal para descansar y cerré los ojos y él
se dio cuenta y sin prestar mucha atención de mi parte, sentí parte de sus dedos en mi rodilla. No se me hizo nada desagradable,
porque el muchacho, estaba lindo, así es que acepté y sin decir nada ni hacer nada tampoco, seguí con los ojos cerrados para dejar
que él me tocara un poco.
Duró un buen rato con su mano en esa
posición y yo nunca intenté nada para moverme, ya que iba
disfrutando de mi supuesto sueño. De repente, el microbús hizo una parada un poco larga y por los movimientos de las personas
escuche que mucha gente bajo del mismo. En ese momento, el muchacho quien dijo
haberse llamado Javier, me toco con toda su mano mi rodilla, y creo que me
sobresalté un poco, pero no
para despojarlo de mi rodilla, sino que fue una reacción de mí mismo cuerpo. Se había atrevido a tocarme toda la
rodilla, y sentía como su mano temblaba un poco, como una conjunción de miedo y de excitación, lógicamente al sentir esa sensación, me sentí dueña de la situación de manera completa, entonces sabía yo que el chico iba a llegar hasta donde yo le permitiera,
entonces me dispuse a disfrutar mucha más de lo que me iba sucediendo. Poco a poco, fui abriendo
ligeramente mis piernas para permitirle el paso a su osada mano, la cual no tardó en avanzar entre ellas. Era
evidente que su mano le temblaba de manera más notable que al principio y eso me animó mucho más, ligeramente abrí uno de mis ojos para verlo de
reojo y el muy condenado también se iba haciendo el dormido, lo cual no era nada creíble.
Pero lo que si me
di cuenta es de que una señora que iba delante de mí no perdía detalle de la situación, hasta que hubo un momento en que me toco la señora con su mano para hacerme
despertar y decirme que el muchachito iba abusando de mí, como si nada pasara, le dije que
no había problema, que era mi novio y que
a él le gustaba jugar con mis
piernas, por supuesto él no abría los ojos para nada, pero tampoco puso nada sobre mis piernas,
así es que me había subido más la falda y también eso me excito.
Sin querer me di
cuenta que no solo la señora me iba viendo, sino mucha gente que pasaba volteaba a verme
de manera descarada y alguno que otro se sentaba o junto a nosotros o delante de
nosotros o atrás de nosotros para
tener una mejor visión de lo que ahí sucedía. Cuando volví a cerrar mis ojos el muy cabrón, subió tanto su mano que llegó a donde terminan mis medias y comienza mi piel, ahí fue donde las cerré fuertemente ya que tuve un
delicioso orgasmo, y su mano quedó apretada entre mis muslos, así seguimos no sé cuánto tiempo, de repente sentí como deslizó su mano hacia fuera de mis piernas y colocó de forma normal mi vestido,
aunque por dentro de mi no quería que se fuera. Sin darle mucha importancia y en la misma posición en la que yo venía sin abrir los ojos, sentí sus labios que presionaban los míos, abrí la boca como impulsada por un
resorte y me besó dulcemente, abrí los ojos y me dijo, espero que nos volvamos a ver algún día, me dio mucho gusto conocerte, nuevamente me besó y yo le correspondí.
Espero que les
haya gustado mi relato y como siempre, espero sus comentarios y platicas a mi
correo para platicarles más de lo sucedido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.