Mi
amigo Antonio. es un encanto. Todavía me lo encuentro con él. Pero un día lo
encontré alquilando una película, me pareció muy atractivo. Se veía buenísimo. Era todo un sexy macho jejeje. El caso es que
él me puso muy cachonda, se me humedeció el clítoris como si fuera mi lengua.
Entonces le dije vamos a dar un paseo, y
al final lo invité a ver la peli que alquilo en mi casa ya que estaba sola. No
hace falta que les diga que hicimos de todo menos ver la peli. Nos besamos, nos
acariciábamos, nos masturbábamos... le di una súper mamada que me gustó más a mí que a él; porque su verga estaba
durísima. Luego me puse en 4 patas y le supliqué que me cogiera el culo. El muy
cabrón embestía mordiéndose el labio inferior, y gruñendo. Me hizo el agujero tan grande como el grosor de su verga se lo
permitió. Quedé muy dolorida; pero le pedía más, y rogaba su leche. Al final,
me puse acostada con las piernas muy separadas, y esperé su eyaculación. Sin
embargo, Antonio cambió de idea, y me volvió a penetrar. No cesó de metérmela
-en mi rojizo culo- hasta que gruñó, y me lleno de leche. Inundó mi culo de
leche blanca y espumosa, que salía de mi agujero, y resbalaba por mis nalgas
hasta las sábanas de mi cama. Fue maravilloso, pero no pudimos seguir, porque
llamó mi esposo por teléfono, despedí a mi machote anal con un beso muy
agradecida, por su hazaña tan excitante y placentera.
besos bye.
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.