Estoy muy cachonda, tengo ganas de coger.... Eso es lo que le
dije a Marcos un amigo del trabajo que
después de estar toda la tarde en el trabajo leyendo relatos eróticos, me puse más cachonda de la cuenta. Acto seguido de mis
palabras, Marcos me tomo en sus brazos,
rodeé su cuerpo con mis piernas. Me besó con pasión, podía sentir como me
humedecía más y más. Me llevó hasta la sala de juntas donde ya no había nadie y me colocó encima de la mesa, levantó mi
blusa y empezó a chupar mis pezones que estaban duros como piedras. Luego fue
bajando por mi abdomen mientras me levantaba la falda, hasta que quedó mi tanga
mojada al descubierto. Empezó a meter la lengua por el lado de la tanguita,
creía que iba a enloquecer. Mientras con la lengua jugaba con mi clítoris, con
los dedos jugaba con mi ano. Entonces me dio la vuelta, me puso a cuatro patas
encima de la mesa y empezó a mamar mi panocha, desde los labios hasta mi
culito. Ohhh que excitación sentir su lengua pasarse por mi culo, mmm me estoy
mojando solo de pensarlo. Me vine con solo sus lamidas. Ya no podía aguantar
más, quería sentir su verga, pero antes quería recompensarlo. Le bajé los pantalones
y empecé a chupar su verga, estaba dura como una piedra. La chupé como un niño
chupa un helado, sentía sus jugos que salían, mmm, que ricos. Entonces me
levantó y me alzó en sus brazos al mismo tiempo que me la clavaba hasta el
fondo. Que gusto, por dios!!! Me tumbó con la espalda encima de la mesa
mientras me daba con sus embestidas bestiales, hasta que volví a venir. En unos
segundos él también se vino. Salió de dentro de mí y derramó su leche por todo
mi cuerpo y en mi boca. Se la chupé hasta dejársela bien limpia. Ahora mismo,
escribiendo esto, tengo ganas de llegar a casa, para meterme en la ducha,
masturbarme y esperar a que llegue mi marido a casita para cogérmelo hasta
reventar. besos bye.
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.