Penetrada con mi dildo en el restaurante
Mi esposo y yo fuimos
a comprar un dilo pequeño para aventuras
discretas y después de la compra, me invito a un restaurante para almorzar para
celebrar el 14 de febrero. Como a él le encanta que me vista muy sexy, llevaba
una faldita negra y una blusita negra de satín súper ligeras, mis senos se
movían libremente al caminar y el roce de la tela sobre mis pezones me
excitaba, pregunté si la falda era
transparente a lo que él contestó que no me preocupara por esas cosas, que mi
cuerpo merecía ser admirado por todos. En cuanto entramos, un mesero “muy
atento” corrió a atendernos. Al notar esto mi esposo, me pidió que fuera al
sanitario a lavar ni nuevo juguete. Cuando volví, lo encendió y lo puso de modo que me fuera
penetrando mientras me sentaba. Como ese
día era especial no me tanga pues me encanta andar enseñando la cola y la
sensación de estar siempre tan disponible, tan expuesta. Justo cuando me iba
acomodando en el dildo, el mesero llegó obligándome a sentarme de golpe. Tuve
que hacer un enorme esfuerzo para contenerme pues soy muy escandalosa y me
vengo fácilmente con ser penetrada. Contesté entrecortadamente que sólo quería
un café por el momento y el mesero se retiró permitiéndome cerrar los ojos
extasiada. Almorcé bien ensartada hasta que mi esposo me obligó tomándome
gentilmente de la mano a levantarme para irnos, me sacó el vibrador limpiándolo
con una servilleta y me lo dio para guardarlo en mi bolsa frente al mesero
incrédulo. Me sentí apenada, exhibida y vulgar. Al partir pude ver de reojo un
charco en la silla. Íbamos a un hotel pero la calentura de él era tal que me
cogió parada en el estacionamiento del restaurante importándole poco si alguien
nos sorprendía. Ustedes qué piensan? sí
soy muy zorra y puta.Mañana les contare lo que paso en el hotel besos bye.
aquí
les dejo una del recuerdo.
Soy tu fan, tus relatos me la ponen muy dura y tus fotos también, me encanta que uses hilo dental y minifalda, amo masturbarme leyendote
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