A pesar de que soy madre me conservo en forma, luzco un buen cuerpo,
unos pezones riquísimos, unas piernas deliciosas y unas nalgas de puta. Les
comento que soy una mujer un tanto puta y no me da pena admitirlo, desde mis años de secundaria me inicie en la
vida sexual y perdí mi virginidad desde la secundaria, desde ahí me ha gustado
ser una mujer liberal en el sexo, no tengo tabúes religiosos y a cada momento
que se me da la gana (por así decirlo) Me dejo coger, claro siempre y cuando
sea un hombre que me guste.
Donde trabajo conocí a Carlos un hombre
guapísimo y muy varonil, el es ingeniero , desde que empecé a trabajar le gustaba y me daba cuenta de eso, pero en
esa época no nos veíamos mucho, fue sino hasta hace poco menos de un año que ya
pudimos trabajar más juntos.
Carlos es un hombre casado pero aun así decidió
tener una aventura conmigo
Una tarde de lunes era muy lluviosa, había estado así gran parte del
día, no era una lluvia intensa pero si una llovizna considerable que mojaba de
bueno. En fin ya eran cerca las 6 de la noche y me estaba retirando, en la
calle trataba de conseguir un taxi pero por la lluvia ninguno se paraba, fue
ahí donde Carlos paso su auto frente de mí, abrió la ventana y me dijo que si
gustaba me podía llevar a mi casa, y yo acepte. Yo estaba vestida esa tarde con
un traje negro, blusa blanca algo escotada, saco negro y falda negra un poco
corta, además portaba zapatillas rojas de tacón alto. Al sentarme en su auto mi
falda se subió notablemente, tanto que se veía mí entre pierna y justo eso fue
lo que aumento su lujuria, obviamente me di cuenta que mi falda se me había
subido mucho pero en lugar de tratar de acomodármela yo misma hice que se
subiera aún más y por si fuera poco separe mis piernas dándole una panorámica
vista de mi tanga, aparte de eso como estuve en la lluvia mi blusa se había
mojado y se podían notar mis pezones. Sin palabras nos dábamos miradas
calientes, yo chupaba mis dedos para insinuarle aún más. Fue ahí como se
atrevió a poner su mano en mis piernas tocándomelas delicadamente.
Al llegar a mi casa no esperamos un segundo
más, tan pronto estaciono su auto y yo abrí la puerta. Ambos entramos
besándonos apasionadamente al patio de mi casa, Carlos levanto mi falda y con
algo de brusquedad me bajo mi tanga totalmente, separo mis piernas iniciando a
tocarme mi zona vaginal, yo sentí claramente como la mano derecha de Carlos me
acariciaba mi clítoris muy deliciosamente y me introducía sus dedos, yo quería
gritar de placer, para protegernos un poco de la lluvia nos fuimos debajo de un
árbol que tengo en el patio de mi casa
pero no sirvió porque la lluvia nos estaba dando muy bien y ambos estábamos muy
mojadisimos, sentía como las gotas de lluvia caían sobre todo mi cuerpo incluso
en mi panocha ya descubierta. Carlos se agacho a mamarme la panocha por breves
minutos pero muy deliciosos, yo mientras veía de re ojo la puerta principal de
mi casa para asegurarme que nadie nos estaba viendo. Por fin había llegado el
momento anhelado, Carlos separo mis piernas, me retranco bien en el árbol y de
un sólo empujón me la metió hasta el fondo, sin duda ayudado con la lubricación
de mis flujos vaginales y el agua de lluvia, sentía riquísimo como ese verga
suavecito entraba y salía de mi panocha, me estaba llevando al cielo de tanto
placer, deseaba con todas mi fuerzas gritar de placer pero no podía, así que
sólo me chupaba los labios. Breves minutos me estuvo penetrando después me
volteo y sentí delicioso en el momento
que me introdujo su verga entre mis nalgas, inicio a moverse dentro mi culito,
fue un momento tan bello que nunca olvidaré. A los pocos minutos sentí como un
líquido caliente inundo mi culo y retiro su verga de entre mis nalgas dejándome
llena de leche, al incorporarme de pie sentí como el semen resbalo por mis
piernas detrás y se mesclo con el agua de lluvia, ambos nos besamos
apasionadamente mientras se vestía y se retiró de mi casa. Yo mientras con mi
tanga me limpie el culo, me acomode mi falda y siendo lo más natural posible
entre a la casa.
Espero le
allá gustado porque a mí me encanto. Besos bye
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.