Pues
estaba yo en casa y no tenía ganas de hacer nada y mi marido había salido a
buscar materiales para su trabajo así que me quede en casa. Tome el celular y
le mande un mensaje a un amigo que se llama Jonathan y decía textualmente:
¿puedes venir a mi casa para que te limpie la verga? Él me contesto: si te
parece bien a las seis y cuarto, dime dónde. le conteste ven a mi casa
Espere y
esperé con el miedo de que no sabía a qué hora llegarían mi esposo. Faltaban 45
minutos para que Jonathan llegará y no tenía absolutamente nada que hacer así
que me masturbe durante un rato en el lavabo, me senté y comencé a jugar con mi panocha durante un
cuarto de hora o así, me moje y me restregué bien la tanga hasta que… digamos
que me canse. Fui a la cocina saque una botella de tequila, me bebí como unos
cinco vasos mezclados con limón, pero como no paraba de beber por la espera me
puse algo borracha, fui a mear como cuatro veces, cada vez era más absurda y
disoluta, ja, ja, ja o sea, cada vez iba a menos hasta que al final llego la
hora.
Hacía más de cuatro meses que no lo veía mi
amigo así que estaba en la ventana a ver si lo veía, lo confundí dos veces, con
eso te lo digo todo. Aquel día no se le había ocurrido otra cosa que ponerse
unas chanclas, yo las odio. Yo llevaba un short cortito de mezclilla, camiseta
corta, zapatillas altas y mi pelo largo recogido en una coleta.
Jonathan llego
yo lo esperaba con la puerta abierta, le ofrecí un cigarrillo, le ofrecí una
copa y no quiso nada de eso, él sólo había venido a que se la comiera, lo lleve
a mi habitación y como iba algo mareada.
Me
arrodille ante él y no pude quitarle el cinturón, no era de los de hebilla, si
no de esos modernos que llevan dos cosas, una arriba y otra debajo, así que
entre risas le pedí que se lo quitará él, yo le baje los pantalones y le chupe
la verga un rato por encima del calzon, al cabo de un rato se los baje también
y sin mediar palabra me metí su verga en mi boca.
Fue un
poco a saco, al menos las cuatro primeras veces, después le dije que se tumbará
sobre la cama, se quitó las chanclas y los pantalones, se quitó los calzones y
empecé a comerle la verga de nuevo. Primero desde la punta a la base, así una y
otra vez hasta que decidí centrarme en sus huevos, me encanta comerle los
huevos, que los tengan grandes, no sé qué es lo que tienen pero me vuelven
loca. Me metí uno en la boca y me dedicaba a absorber para dentro siempre un
poco más, en una de esas me dijo que lo había lastimado, pero yo seguí a lo mío,
los tenía muy rojos casi tanto como su cabeza se le puso luego.
Me comía
la punta de su verga mientras la jalaba y a la misma vez le toqueteaba los
huevos con la otra mano, puse su verga lo más recta y dura que pude y me dedica
a bajar y subir la cabeza…
De pronto
me dijo: para, para. Yo me pare y me reí, me dedique a masturbarlo suavemente
hasta que me mando seguir, yo continúe jugando con mis labios en su capullo, volví
de nuevo a chuparle los huevos, abría mucho la boca para intentar metérmelos
los dos pero no se pudo. En su verga, apretaba con los labios de arriba abajo
por todo el tronco y luego le mordía con los dientes y de nuevo me dijo que
parase, esta vez sería la última que parase, después seguí chupándosela hasta
que note un par de contracciones en sus piernas y de pronto empezó a soltar
leche, soltó tres chorros no muy potentes, el primero ni lo note, el segundo se
resbalo por toda su verga y el tercero me lo trague entero, continúe un rato
masturbándolo y comiéndole los huevos, la verdad es que yo estaba muy sudada,
hacía muchísima calor en mi habitación, él estaba empapado y yo estaba muy a
gusto masturbándolo y comiéndome sus huevos, me había cansado mucho pero ahora
que se acababa no tenía ganas de que se fuera.
Por
momentos se le fue haciendo más y más pequeña y le pregunte: ¿bien? A lo que él
me contesto lo mismo, me lave las manos en el lavabo, él me siguió para lavarse
un poco, después estuvimos hablando un poco y se marchó.
les dejo otras de mi coleccion privada ,comenten como me veo.
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.