lunes, 23 de octubre de 2017

Soy una Puta Caliente

Hola a todos, estaba pensando que relato contarles esta vez y recordé una aventura con mi ex  que casi me cuesta mi trabajo.

Actualmente soy la secretaria en una dependencia de gobierno, un puesto deseado por muchas. El trabajo es bonito y bien pagado, además que contrario a lo que muchos piensan,  cuando haces tu trabajo eficientemente.

El día en cuestión había un evento muy importante en la oficina, la presentación de un nuevo proyecto. Me vestí como se supone que una dama debe vestirse, medias, tacones y un hermoso y sencillo vestido verde con mucho escote. Iba un poco tarde y mi carro no estaba funcionando así que me toco pagar taxi y esperar una eternidad. Al fin llegué y me dirigí al lugar del evento. Casi me desmayo cuando me presentaron al nuevo encargado del área  del proyecto. Era mi ex novio! No se qué cara puse yo.
Nos saludamos cortésmente y seguí saludando a los demás asistentes tratando divertirme un poco. Conforme fue pasando la velada el calor se hizo más fuerte y maldije haberme  puesto medias. Joder no hay cosa más incómoda para las mujeres que estar metida en nylon strech. Me sentía más y más incómoda por lo que decidí ir a mi oficina a quitármelas y guardarlas en mi cartera.

Salí del salón y me acerqué a mi puerta cuando sentí una mano fuerte que me sujetaba. Era José, mi ex novio! Lo salude nuevamente y le pregunté qué hacía por el corredor. Me explicó que había salido a tomar el aire y a verificar su presentación que se había retrasado y que debía estar lista lo antes posible. Lo invité a pasar (inocentemente aclaro) a mi oficina para conversar y ahí empezó todo. Nomás cerré la puerta me tomó y me sentó sobre mi escritorio, se colocó en medio de mis piernas y empezó a besarme. Fue como si todos los interruptores de mi cuerpo se hubiesen activado. Nadie en mi vida me ha tocado nunca ni me tocará como ese hombre con 10 años de experiencia sobre mi cuerpo.

Me empezó a morder el cuello, cosa que me enloquece y a abrazarme pegadita a el. Podía sentir su respiración acelerándose y una protuberancia que se pegaba más y más a mi cadera separada únicamente por la tela de su pantalón y de mi tanga. Cuando sentí esa protuberancia solo me deje llevar. Detrás de ese pantalón se encuentran 20 cms. de pura carne dura, un hombre que de verdad sabe cómo coger. Me abrió las piernas  y empezó a jugar con mi clítoris por encima de mi ropa interior. Inmediatamente sentí mi cuerpo responder a sus expertos dedos y ahogué un gemido de placer mordiéndole el hombro. Sentía esos dedos jugando con mi clítoris por encima de la tela mientras me besaba. Me estaba mojando cada vez más y más. Me estaba volviendo loca. A la mierda las precauciones pensé, que me coja como solo él sabe. Le dije Métemela, y se río. Me dijo "No muñeca, después de tanto tiempo extrañándote, mínimo te voy a disfrutar".

Movió mi tanga y empezó a meterme la punta del dedo medio en mi panocha. Estaba mojadísima y era una tortura cuando uno más desea estar llena, sentir únicamente la yema del dedo penetrarme. Empecé a mover las caderas buscando penetrarme con el dedo completamente, pero mientras más lo buscaba, menos me metía el dedo. El muy descarado se reía sabiendo las ganas que tenía.  Empecé a deslizarme hacia el piso para quedar hincada frente a él y abrí su bragueta. Su verga estaba tal y como la recordaba. 20 Cms, gruesa y dura. La mejor verga de mi vida. Empecé a mamársela suavecito, primero rozando mis labios alrededor de su glande, metiéndomela hasta la garganta mientras lo escuchaba gemir...

Toqué su punto débil, mientras se la mamaba, metí mi dedo índice en su ano. Empecé a sentir que iba a correrse y pare. Me puse en cuatro sobre el escritorio y le dije, métemela. Empezó a bombear durísimo mientras me metía la mano bajo el vestido para tocar mis senos. Sentía su verga llenarme toda, y sentirlo cada milímetro entrando y saliendo. Cuando ya no pude más lo empujé a la silla, me monté encima de él y me lo empecé a coger con fuerza. No dijo nada solo empezó a gemir más fuerte y fue cuando pasó..

Se abrió la puerta de la oficina y entra el director de la obra con unos papeles en la mano. Los dos nos morimos del susto mientras el director sólo dijo lo siento y salió. Nos vestimos a la carrera, y salimos al salón  para reincorporarnos a la fiesta. Yo me sentía incómoda, aún mojada y sabiendo que me habían observado.


Al entrar al salón vi al director de la obra platicando con el coordinador general y hablando bastante alterado. Quien sabe que le estaba contando pero no importaba me gusta ser una puta y la cogida nadie me quita. Besos Saluditos. Bye.


















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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.