Y en este relato les voy a contar como me
inicie como exhibicionista compulsiva
Bueno
todo empezó cuando yo entre a estudia la secundaria, en ese entonces yo cumplía
ya los 13 o 14 años de edad. En ese entonces, yo era una chica que para tener
13 años solamente, estaba muy bien desarrollada media 1.50m sin tacones, tez
blanca, cabello negro, acuerpada y una cintura que me siento orgullosa, y lo
mejor y no es por presumir pero un rostro hermoso que todos me chulean hasta el
momento.
yo en
ese entonces era una chica muy recatada, debido a que mis padres eran muy
estrictos, me obligaban a usar pantalones y ropa muy holgada, en cambio las
demás chicas de la escuela usaban minifaldas, se veían hermosas lo cual a mi me
daba mucha envidia hacia ellas y me provocaba morbo de que se sentiría usar una
minifalda y sentir aquellas miradas de los chicos, y sobre todo porque yo sabía
que tenía mejor cuerpo que las demás chicas aunque nadie lo podía apreciar por
mi vestimenta, yo ya no aguantaba las ganas de sentirme deseada, sobre todo
porque como ya saben, a esa edad uno está con las hormonas de punta y pues me
da un poco de pena pero en pocas palabras yo andaba bien caliente y ya quería
que alguien me desvirgara y dejar ya de masturbarme como mis demás amigas.
Poco
después ya convencía a mis padres que ya era hora que dejaran decidir como
tenía que vestir y ellos accedieron
Llegue a casa y temblando de la emoción sin esperar más me dirigí a las
tiendas de ropa más cercanas ya no me contenía de la emoción de comprar mis
minifaldas, mi nueva imagen que tendría, sentía que volvía a nacer.
Sin
tanto pensarle seleccione 4 minifaldas y unas blusas pegaditas, también compre
el uniforme del colegio igualmente escogí una faldita la más corta que
encontré, y ni siquiera me las probé, la encargada me dijo que si no me las
probaría primero, pero yo muy segura dije que no porque sentí un poco de pena
ya que yo no acostumbraba a comprar ropa tan atrevida, y retorne a mi casa muy
deprisa.
Casi
llegando a mi casa tuve que cruzar un puente peatonal de esos puentes de
estructura metálica con escalones y pendiente muy pronunciada, en ese momento
delante de mi caminaba una señora, y atrás de la señora caminaba un joven, al
empezar a subir el puente pude observar como el joven observaba el trasero de
la señora y conforme íbamos subiendo prácticamente la cara del joven casi le
olía el trasero a la señora de lo pronunciada de la pendiente del puente y lo
cercano que caminábamos. Lo bueno que la señora usaba pantalones de lo
contrario el joven le vería los calzones pensé, y a la vez sentí un morbo
impresionante que hasta empecé a lubricar de lo emocionante de pensar de que
pasaría si fuera yo en minifalda.
De
inmediato pensé en provocar esta misma escena yo, aprovechando para estrenarme
y por fin enseñarle a alguien que había debajo de esas ropas que usaba.
Regrese
a mi casa muy deprisa, me duche y me maquille, posteriormente me vestí con el
uniforme nuevo de la secundaria para ver cómo me quedaba, sentía tanta emoción,
me pare frente del espejo y oh.. Dios observe a toda una mujer, pero a la vez
me sentí desprotegida, me sentía que casi estaba desnuda, y claro creo que se
me había pasado la mano, la faldita era demasiado cortita, me llegaba justo en
la unión de mis nalgas y mis piernas, pero me veía espectacular se me veían
unas piernotas que yo sola me empecé a excitar de solo verme y pensar que me
observarían los hombres así.
Me
puse muy caliente de pensar salir así, y a la vez me dio un poco de miedo, pero
reflexione, y pues eso es lo que yo había deseado tanto y ahora no me echaría
para atrás, decidí ponerle algo más de adrenalina y decidí quitarme los
calzones, me observe en el espejo y note que al caminar se me veía mi vagina y
claro estaba peludita, decidí rasurarme, nunca me la había rasurado, corrí al
baño y lo hice lo más rápido que pude,
me quedo sin un solo vellito y se veía de un tono rosadito y como nunca me había
depilado pronto mi vagina empezó a lubricarse y a dilatarse.
Ahora
si dije y me volví a observar en el espejo, ahora si me veía excepcional, baje
la faldita lo más que estiraba hacia abajo para tapar un poco mi vagina. Me
arme de valor y Salí de mi casa hacia el puente peatonal, la calle estaba sola
no caminaba nadie en ese momento, tardo unos solos instantes cuando empecé a
sentir como el aire acariciaba mis piernas desnudas y podía sentir el viento en
mi vagina al descubierto, baje la mirada para verme las piernas y las observe
blanquitas, era la primera vez que el sol había tocado esa piel tan delicada
pero sin duda estaban bien formadas y eso me prendía.
Me
empecé a excitar demasiado que de inmediato empecé a lubricar en exceso y podía
sentir como poco apoco me ponía mojadita. Por fin llegue casi al puente,
disimule que hablaba por teléfono para esperar a que algún chico pasara por el
puente también y cumplir mi fantasía.
En
eso vi acercarse a un señor como de unos 30 años , creo que era un albañil, no
era lo que esperaba pero ya no podía esperar a sentirme deseada y al acercarse
casi a unos 4 metros de mí, colgué el teléfono y camine delante de él , pude
observar que el de inmediato se le chisparon los ojos al verme con diminuta
falda, pero apenas empezaba lo mejor, al empezar a subir el puente él se apresuró
para quedar justo a pocos centímetros de mí, a empezar a ascender, poco a poco,
su cara empezó a acercarse más y más a mi trasero, yo en ese momento sentía
temor, morbo, y deseo, llevaba las quijadas inmovilizadas de tanta adrenalina.
Pero
ocurrió lo que tenía que ocurrir, al estar escalones más arriba que él,
prácticamente, quede al descubierto, el en ese momento podía apreciar del todo
mi vagina y ano, el no apartaba la mirada de mi sexo. Y yo de la excitación
pude sentir como resbalaba mi líquido de mi vagina en una de mis piernas. Me
sentí todo una mujer. Era lo que quería, lo que había deseado tanto, por fin un
hombre me había visto desnuda y me había deseado. Tarde lo más que pude en
cruzar el puente para aquel señor se diera gusto y pudiera apreciar aquella
vista tan estupenda, fue todo un deleite. Al cruzar el puente regrese a mi casa
despavorida y temblando de la emoción, llegue directo a masturbarme. Mmmmmm que
experiencia sin duda.
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.