Debo decir
que a mis 42 años todavía despierto muchas pasiones y en el medio donde trabajo
se conocen hombres interesantes, más bien en su mayoría son hombres mayores y
los más jóvenes no son apuestos, pero un día llego un chico a tramitar unos
documentos, el venia de otra delegación. Con en el que tuve la típica
conversación, ¿dónde vives? ¿Qué edad tienes?, y él me pidió mi número de
teléfono y me llamó recién habíamos terminado de conversar en la oficina, Lo
que me condujo a citarme con él a la mañana siguiente, cuando me saludó me
impactó su sonrisa, luego fuimos a desayunar y tuvimos una conversación muy
amena, cargada de frases de doble sentido y luego él me acompañó al lugar donde
yo debía tomar el transporte para dirigirme a mi trabajo . Les debo confesar
que en lo único en que pensé ese día y esa noche fue en él y en lo mucho que
deseaba sentir sus besos, ya que con él, experimenté una química especial, que
nunca había sentido con otro hombre.
Nos
citamos para vernos dos días después al medio día, pero eso sí dado el interés
que él despertaba en mí, fui vestida con mi mejor escote, cita a la cual sin
querer llegué tarde, lo que hizo que él me dijera que lo tenía que recompensar,
así fue como le dije que si le gustaría que lo recompensara dándole un beso, lo
que aceptó gustoso, aunque me reiteraba que eso no era suficiente, fuimos a almorzar
y besitos iban y venían. Él tenía que hacer una tramite en una notaría, pero yo
le insistí que, me acompañara a mi casa, me dijo que no podía, pero yo no
estaba dispuesta a dejarlo ir, pero cuando le dije que tenía miedo de quedarse
a solas conmigo, fue como si lo hubiera retado, y aceptó a irse conmigo.
Así que
de inmediato tomamos un taxi con rumbo hacia mi casa, pocos minutos antes de
llegar al lugar donde nos debíamos bajar empezó a llover muy fuerte, así que
mientras llegamos a mi casa nos empapamos por la lluvia, cuando llegamos a mi
casa le alcancé una toalla para que se
secara. Luego él me ayudó a secar a mí y puso sus manos sobre mi pecho, y nos
olvidamos de la toalla y nos sentamos en el sofá y empezamos a besarnos con
pasión y desenfreno, luego sacó mis tetas por mi escote y las chupó con maestría,
yo mientras tanto le acariciaba con manos y pies.
Así fue
como sentí la enorme erección que tenía, la verdad es que esa situación me
estaba llevando a la cumbre del placer, y deseaba hacerlo feliz y sentirlo
dentro de mí, fue por eso que le pregunté si tenía preservativos y me dijo que
no, yo la verdad tampoco tenía, entonces empecé a buscar una forma para sentir
esa verga, sin ningún riesgo de embarazo.
Entonces
seguimos besándonos y yo seguía sintiendo su enorme verga erecta, le dije que
si me la dejaba ver, así que se abrió la cremallera y sacó su verga que era más
grande y hermoso de lo que lo imaginaba, me fijé cómo le brotaban las venas, y
vi la punta brillante que parecía llamarme, como diciéndome "ven y
devórame" y no me aguanté las ganas y me incliné y le di un tierno chupete
en la punta, pero él se quejó, como si le hubiera dolido, así que lo dejé así y
volví a buscar sus labios, detuvo el beso y me pidió que le volviera a chupar
la verga, y yo le dije que no porque eso le dolía y no quería hacerlo sufrir, y
me dijo que le gustaría sufrir.
Entonces
volví a inclinarme sobre su verga pero esta vez le di unas lamidas desde la
base a la punta y le di un chuponcito en la punta, luego empecé a meter la
punta de mi lengua en la ranura de la cabeza, luego le di otro corto chupón,
con cuidado le saqué los testículos que aún estaban en el pantalón y me metí
uno en la boca y se lo chupé, hasta que de la garganta de mi amante salió un
gemido, me saqué el que tenía en la boca, para empezar a chupar el otro,
mientras con una de mis manos le sobaba la tranca, hasta que volvió a gemir,
decidí que era tiempo de chuparle otra vez la punta de la verga, así que con mi
mano la dirigí hacia mi boca y le di un corto chuponcito lo que me permitió
saborear su liquido preseminal, lo que me hizo desear aún más saborear su
semen, me incorporé y nos besamos.
Pero él
me seguía pidiendo que se lo mamara, cosa que siempre me ha gustado, así que
decidí hacerlo, no me podía negar ya que era lo que más deseaba yo en ese
momento.
Él estaba
sentado aun en el sofá yo me paré delante suyo y me seguía chupando las tetas y
le abrí las piernas y me arrodillé en medio de ellas y le pregunté que si
alguna vez le había terminado en la boca a alguna mujer y me respondió que no,
que su novia le daba unos besitos en el verga, pero que ella nunca se lo había
querido mamar, mucho menos que él le eyaculara en la boca. Enseguida, me
preguntó que si yo había permitido que alguien eyaculara en mi boca, le
respondí la verdad que a mi gustaba mamar mucho, él me dijo que quería terminar
en mi boca y yo le dije que era lo que más deseaba y que así esta era la
oportunidad perfecta para que ambos gozáramos de esta experiencia.
Le pedí
que me dijera cuándo iba a eyacular para prepárame, ya que no podía dejar caer
ni una sola gota de su semen sobre su pantalón, no podía llegar con el pantalón
manchado a la notaría. Entonces ya decidida por la excitación que tenía, y en
la posición que me encontraba de rodillas frente a esa verga, decidí que era el
momento de empezar la adoración de ese divino miembro, y entonces me metí su
linda y brillante verga en mi boca y empecé a chupar con frenesí y desde mi
posición alzaba la mirada y veía la cara de placer que mi amante tenía, lo que
me excitó más y empecé a hacer mi labor con más empeño. Mientras tanto él
sobaba mis tetas y me pellizcaba suavemente los pezones, lo que me puso a cien
y seguí con esa hermosa tranca entrando y saliendo de mi boca, cada vez más
rápido y con una de mis manos sobaba sus pelotas, de pronto me dijo "
yaaaa" y empezó a gemir, al tiempo que eyaculaba y le apreté fuertemente
los testículos y así recibí ese néctar que tanto deseaba. Sentí como la boca se
me llenaba de su lechita y cuando no pude aguantar más me lo tragué de una sola
bocanada.
Efectivamente
no dejé caer ni una sola gota de su semen me lo tragué todo, debo confesar que
su sabor me pareció lo más delicioso que había probado, me fascinó ese líquido
espeso, cremoso y calentito, que acababa de salir de las entrañas de tan buen
macho, que calmó mi sed de hembra, pero me fascinó más ver la cara de éxtasis
de mi agradecido amante, luego se inclinó y me dio un beso, ya se le había
hecho tarde se acomodó la ropa nos despedimos y se fue, él nunca más me volvió
a llamar, yo le escribí varios mails pero nunca respondió. Pero en fin esta fue
otra de mis aventuras, espero sus comentarios. Besos bye.
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.