Hola desde que estaba chiquita me encantaba el
sexo, y pensaba que me encantaría crecer rápido para probar una gran verga ,
mis padres trabajaban casi todo el día, así que yo tenía mucho tiempo para
pensar en sexo, y bajarme la calentura, me desnudaba por toda la casa, y como
siempre me ha gustado la luz, abría todas las ventanas, eran tres pues mi casa
estaba en una esquina, y así andaba en la casa, recuerdo una ocasión en que
estaba tan caliente y sentía un deseo inmenso de que alguien me cogiera, que el
lubricante natural de mi cuerpo chorreaba hasta las rodillas, así que no pude más,
y corrí a mi cama, me puse una almohada debajo de mi panocha y me empecé a
mover con locura, hasta que sentí muchas puntaditas en mis labios, gritaba de
placer, y me retorcía, toda esto con las ventanas abiertas, y era tanta mi
calentura que no me importaba, en una ocasión se paró un hombre en bici frente
a mi ventana, y yo estaba desnuda, el alcanzo a verme, y entonces se sacó su
gran verga y me la ofreció, yo sonreí, y lo deje pasar fue ahí cuando cogí con
un desconocido por primera vez, estaba tan caliente que me la metí con gran
avidez a mi panocha, follamos en menos de diez minutos ,pues estábamos tan
calientes que nos venimos pronto, yo me sentía como perrita en brama, así que
no dure nada, pero fue emocionante, ahora sé que me arriesgue mucho, pero fue fantástico,
ese hombre nunca volvió y ni era de por ahí, ni siquiera se quién me cogió, ahora
sigo siendo muy caliente. Besos bye.
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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.