lunes, 26 de junio de 2017

Mi gran mamada

  Hola este es mi  relato, y vengo a contarle como le di una gran mamada

Esto sucedió cuándo tenía como 13 años, yo era una chica bajita,  tenía unos  pechos desarrollados para mi edad y un culo muy duro, mis piernas aunque cortas eran firmes y estilizadas gracias a que practicaba gimnasia.

Todo sucedió un día durante el receso en la escuela , estaba en la cafetería con mi grupo de amigos y amigas cuando me di cuenta que me había olvidado la carpeta en el gimnasio, rápidamente fui a recepción y pedí las llaves, pero el conserje me dijo que estaba abierto, ya que había chicos haciendo pruebas de atletismo.

Entré corriendo al vestuario donde había olvidado la carpeta, pero para mi sorpresa escuché el sonido de una ducha, miré al banco y allí había la ropa de un chico, curiosa miré con disimulo detrás de la pared con cuidado de que mi presa no se diera cuenta de que lo estaba observando. Era un chico un año mayor que yo, lo conocía de vista y de escuchar a mis amigas hablar de lo bueno que estaba, y en verdad lo estaba.

Ver aquella estampa me estaba poniendo a mil, ver ese cuerpo atlético siendo bañado por el agua ,su verga era grande pese a estar flácida, casi sin darme cuenta empecé a tocarme los leggins que llevaba, y del placer solté un gemido, lo que me hizo ser descubierta.

-Estaba esperando a que pasaras, llevas diez minutos mirando...

Lo... lo siento-dije tímida- ya me voy...venía a por la carpeta..


Antes de que pudiese darme cuenta él se tiró a mi cuello, empezó a sobarme las tetas y a tocarme por encima los leggins, yo estaba fuera de mí,  empecé a besarle el cuello, a acariciar todo su musculado cuerpo, el me hizo un gesto de que bajara ,lo entendí, no estaba segura pero estaba tan cachonda que no podía parar, el me quitó la camiseta y el bra, entonces bajé, poco a poco, insegura besando cada centímetro de su duro torso, hasta que estaba frente a frente con su verga, ya dura y erecta, era más grande de lo que esperaba, no sabía cómo debía actuar, así que intenté recordar los vídeos que había visto alguna vez con mis amigas, comencé pasando la lengua desde arriba a abajo, con suavidad, saboreando la mamada que le daba la chico, un sabor que no me disgustaba, los miedos del principio habían desaparecido, me sentía dueña de la situación, empecé a metérmela en la boca, poco a poco, aumentando de velocidad progresivamente, al mismo tiempo que aumentaba de velocidad la iba metiendo más y más en la boca, hasta tenerla toda dentro, entonces el me tomo la cabeza con fuerza y empezó a mover su cadera delante y atrás, cada vez más rápido, me provocaba arcadas, pero también me ponía muy cachonda me sacaba de mi, estaba en un frenesí completo, estaba tocándome por dentro, las mallas me parecían una armadura, estaba disfrutando, excitada y apunto de correrme, siendo cogida por la boca por un atlético macho, entonces el me soltó pero yo no quería soltar esa verga que tanto me estaba calentando, me la metí en la boca y la seguí chupando hasta que noté un abundante chorro de un líquido caliente en mi boca ,casi sin tiempo a saborearlo llegó otro borbotón de semen, era incapaz de tragármelo todo y se me derramó por las tetas y la barbilla ,tragué todo lo que pude, a continuación me dijo que se la limpiara, un par de lamidas más y dejé su verga reluciente, con la lengua aún con restos de su semen el me besó la frente se vistió y se fue mientras yo me quedé allí relamiendo los restos de mi hazaña, arrodillada, húmeda y feliz por haber hecho una gran mamada.



















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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.