martes, 13 de junio de 2017

Me encanta mamar verga

Tengo 42 años y siempre he obtenido todo lo que he querido de los hombres. La razón es una y muy sencilla, me encanta mamar verga. Todo comenzó en la secundaria. Sí, apenas tenía 13 años, calcetas blancas, falda de cuadritos y suéter verde, también usábamos una bonita boina que algunas odiaban porque nos hacía lucir menores.

El culpable fue mi maestro de orientación vocacional. Moreno, delgado, pelo negro peinado hacia atrás. Sucedió un día después de clase. Se dio cuenta que me le quedaba viendo la verga; bueno, el paquete que ocultaba bajo su pantalón. Me dijo que tenía algo que discutir en su oficina y yo fui muy obediente en ir. Me preguntó qué es lo que estuve viendo toda la clase. “Su sexo profesor” le contesté. Los ojos le brillaron, pude notar que se le empezó a hinchar la verga, me dijo que me quitara la boina y me hiciera una cola de caballo. Sin pedir permiso me agarró por el pelo y me empujó toda la verga hasta la garganta. En principio sentí que me asfixiaba por lo que le pedí calma y empecé a hacer vibrar mi boca, como ronroneando. El aceptó complacido esta nueva técnica y entonces sí pude verlo a los ojos mientras mamaba lentamente al principio y luego chupando con más fuerza. Cuando estaba a punto de venirse me pidió echar su semen en mis piernas, así que me subí la falda hasta los calzones y recibí su chorro caliente en los muslos.

Ese año aprendí el poder de una buena mamada en los hombres, pues me recomendó con el profesor de matemáticas y de física, las materias que me resultaban más difíciles. Me encantaba saber que a mi corta edad podía obtener tanto de ellos con algo que verdaderamente disfrutaba. Les jalaba la verga a ritmo rápido con mi puño, luego chupaba, hacía gemiditos, les decía “echármelos profesor” y los recibía en los pechos o en la boca.


Así me he pasado los últimos años. Creo que a la fecha he mamado alrededor de doscientas o trescientas vergas. Me encantan las de hombres solteros con novias bonitas, incluso a veces les pido que se las cojan el mismo día que se las mamo para que piensen en mí. Mi favorito es el novio de mi mejor amiga, que a veces  llega a cenar a mi casa, y muchas veces se sale antes del trabajo para llegar una media hora o cuarenta minutos antes que mi amiga Roció. Él ya sabe que lo espero de rodillas en cuanto abre la puerta y ataco su miembro como una desesperada. Eso me hace sentir de lo más puta, me encanta que llegue mi amiga y el todavía se encuentre respirando agitado después de una buena venida que me tomé completita para no dejar rastro. Cenamos los tres, tomamos una cerveza y yo lamo la boca de la botella cuando Roció no ve. Ya que se van. Ya entrada en calor, le llamo a uno de mis tantos amigos  con la verga más grande que pueda y me la empujo completita por el culo justo antes de que se vengan. El único inconveniente es que al día siguiente amanezco de los más adolorida y a duras penas puedo caminar. Mi jefe del trabajo es mi más reciente aficionado, a él le gusta meterme un puro mientras se la chupo en la oficina, al estilo del famoso presidente. Que puedo decir, existen tantas fantasías como hombres hay allá afuera.
bueno les dejo otras de mi repertorio besos, bye


















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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.