lunes, 1 de junio de 2015

No resistí la calentura y me cogí a mi profesor



Todo empezó cuando decidí tomar un curso por la tarde, por parte de mi trabajo, eran solo 6 meses. Sin darme cuenta la química entre el profesor y yo fue creciendo al punto de desearlo.
Notaba su mirada diferente comparada con otras alumnas. Hasta que me decidí a portarme mal. Quería  experimentar.
Aquel día yo vestía unos leggins negros, mis zapatillas negras y una camisa blanca algo insinuadora, pero no grotesca, cuya transparencia dejaba ver un poco mis pezones que estaban esperando una insinuación de él. Tal fue su mirada entre mi blusa que los pechos se me pusieron duritos, luego me rozo los pechos con sus manos buscando, según él, un lápiz que estaba en mi mesa. Fue tal mi calentura que lo mire y él se dio cuenta de mis intenciones. Casi lo desvestí con mi mirada. Entonces me dijo parece que no entendiste muy bien, si quieres te quedas después de clase.

Yo le dije ya profe, necesito mucho reforzamiento riéndome de una manera picarona.
Después acabo la clase y preguntó quién más se quedaría, yo miraba a todos para ver quien se quedaba. Menos mal que nadie se quedó y dije esta es la mía.
Se acercó y me pregunto qué fue lo que no había entendido,
Ya le comente lo que no había entendido y lo miré y me miró con ojos de comerme enterita.
Me dije ya lo tengo listo, es cosa de ponerme a calentarlo  más. Entonces me puse en el pizarrón  mientras él me miraba mis nalgas, yo sabía dentro de mí que eso estaba haciendo y más lo levantaba, así que me di vuelta de improviso y verlo, así, o se sentiría cohibido o me daba la razón de verlo tan caliente por mi así como yo lo estaba con él.
Al cabo de unos minutos me di vuelta y vi ese bultito que hace tiempo me tenía tan caliente. Le dije profe que le pasó  se puso rojo, yo le dije a usted le pasa lo mismo que a mí, entonces lo mire, me acerqué y le di un beso muy fogoso. Fue un beso tan apasionado (con mucha lengua de por medio) que me abrazo y me agarro el trasero aunque de inmediato me dijo disculpa, me deje llevar y yo le dije suele pasar. Entonces le agarré el paquete sobre el pantalón y le baje el cierre y le dije de mí no te olvidaras.
Le agarre su verga dura, se la chupé como si nunca hubiese comido una igual, el me miraba y me decía que ya no más, que estaba a punto de explotar. En ese momento lo solté, me levantó y me dijo tu igual no te olvidaras de mí, entonces me arrancó mi blusa, fue tal fue su calentura que me sacó todos los botones .Me chupó de una maneras mis  tetas como si supiera lo que me gustaba, casi me vengo solo con eso. Luego me dijo susurrando al oído... te estás cuidando?? Le dije que no y me dijo... tienes marido que se haga responsable de ti? porque esta noche quedaras embarazada de mí, entonces me bajo mis leggins , me vio mi tanguita negra y me dijo que rico, muy rico.

Nos seguimos mirando y de mis ojos salían luces de lujuria, era único lo que estaba viviendo con el. Sin darme tiempo de nada, me acostó en el escritorio y de una manera brusca me metió su verga en mi panocha que estaba muy mojada, me hizo gritar como una loca, entonces me dijo nunca me olvidaras ya que esta noche serás solo para tu profesor. Seguimos metiéndonos manos e hicimos el 69 mucho rato.

Después salí de esa posición y se lo chupé de nuevo, a los minutos me hizo salir porque ya estaba que explotaba. Me subí encima, lo hice gritar de placer, entonces me dijo eres muy puta con esa carita tan tierna, le dije para ti soy lo que tu quieras y me dijo como me montas pareces una perra y yo soy tu esclavo.
Estábamos sudados por completo y calientes como nunca cuando en eso llego el vigilante  al piso donde estábamos, así que se paró a cerrar la puerta, yo suponiendo que ya teníamos que terminar le dije: ya vamos rápido y me puse como perrita, y de un empujón me lo metió todo en mi culito, me bombeó apenas unos minutos y acabó muy pronto. En ese instante pensé que me había quedado sin ver la luz, pero tal fue mi sorpresa que me miró y se empezó a calentar de nuevo, yo lo empecé a masturbar y su verga creció de inmediato. Me dejo montarme, lo culeaba como una puta, sentía su verga palpitar dentro de mí, me agarraba el culo mientras yo con una mano le acariciaba los huevos, lo cabalgué con fuerza, sus bolas las sentía apegadas a mis nalgas, hasta que me hizo blanquear los ojos y así acabé montada en mi profesor.
Mientras nos vestíamos me dijo: se nota que te faltaba reforzamiento, te doy mi número para cuando tu marido se vaya a trabajar y así poder seguir con estas ricas clases. No te olvides de mí y serás mi mejor alumna, como ahora!!!
Le dije está bien lo tendré en cuenta querido profesor.

Besos bye.






















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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.