lunes, 5 de marzo de 2018

Lechita de mi marido en todo mi cuerpo


Sabido es que me encanta todo lo que sea sexo, no sólo tenerla adentro. Por eso una noche de sábado me vestí infartante como siempre, toda de negro y tacones  altos, cabello rubio y mucho maquillaje y perfume para excitar lo más posible a mi marido, que también se puso muy sexy y un perfume exquisito. Fuimos a comer a la casa de una amiga y de ahí nos fuimos a un hotel. Por supuesto que me preparé con tutti la lencería más fina... Después de provocarnos, me saqué despacito el vestido negro y mi marido ya me quería dar  con ropa interior y todo. Tras unos jueguitos, yo le saqué el boxer y él dejó ver su tremenda verga. Me quito el sosten, me quitó las ligas y me ayudó a sacarme las medias negras y me sacó la tanga de  encaje supersexy que tenía puesta. A hacernos de todo...

Mi esposo me la dio por la panocha y me lleno de leche caliente. Después le pedí por atrás y me llenó por atrás. Pero yo estaba prendida fuego, insaciable como siempre. Y le pedí que me diera de tomar la lechita., se la estuve mamando por un rato y me hizo tragar todo su leche, y lo que quedó me lo pasó por toda mi cara. Pero yo quería más y le pedí que me llenara de leche caliente sobre el cuerpo y me lo pasara con las manos bien por todo el cuerpo. Acto seguido lo segui masturbando y dándole de mamadas a su verga .Y mi dulce acabó sobre mi panza y mis pechos y me pase las manos  con su semen por todo mi cuerpo. Sentí una excitación como nunca. Pero... yo quería más.
Y le seguí pidiendo y pidiendo y él me complació nomás: me la metio por la panocha y por mi culo, me dio de tomar, luego me bañó la cara y me la pase como si fuera cremita, no me importó que me corriera todo el maquillaje. Después se vino sobre mis piernas y me pase las manos con su lechita. Y para rematar se vino  en mi pelo. Yo creí que eso era el final y me fui a lavar y me vestí. Pero no: cuando  salí del baño, me agarró, me puso en cuatro y me dio hasta volver a eyacular encima de mi espalda. Espectacular. Y digan que lo tuve corto cuando desayunamos, que si no me seguía dando. Fue un baño de crema como los míos. Pero mejor: mi marido me bañó todo mi cuerpo con su lechita caliente. Mucho, mucho más placentero.















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Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.