Era una noche como cualquier otra, hacia buen clima y estaba
acostada en mi cama, con poca ropa como de costumbre. Normalmente ando
revisando redes sociales entre otras cosas pero esta noche andaba
particularmente entrada en ganas y solo me deje llevar por mis pensamientos.
Tenía puesta una blusa pequeña y escotada, y un leggins blanco;
debo resaltar que estaba sin ropa interior, así que se notaba por encima de la
ropa mis pezones duros y juguetones.
Mi esposo se había trabajado hasta tarde y yo solo tenía ganas de sexo. Busque una
página porno y empecé a calentarme y prenderme más. Mi piel se ponía mas
sensible, mis pezones más duros... y sentí como se humedecía mi adentro.
Poco a poco deje mi tel. celular a un lado, y empecé a prestarle
atención a mi cuerpo que estaba ansioso y deseoso de ser tocado. Empecé a
acariciar y suavemente los apretaba y retorcía, y empezó a cambiar mi
respiración.
Se notaba que yo estaba muy caliente, y estaba ahí acostada en
la cama. Me quite la blusa dejando salir mis senos, tocando ambos pezones con ambas manos
suavemente, pero cada vez más rápido y más rico. Ya a ese punto estaba gimiendo
mucho, bien bajito, pero muy rico.
Decidí que era momento de seguir lo que hacía y me quite mi leggins
dejando mi cuerpo desnudo y sensible. Cuando puse mis dedos cerca de mi
clítoris, estaba muy húmeda y con solo tocarlo me retorcí y gemí ahogando un
grito.
Empecé a tocar mi clítoris con dos de mis dedos, de manera
circular, luego adelante y atrás, pero de manera suave.
Gemía de placer y puro gusto. Moría por sentir más... metí un
dedo dentro de mí y gemí rico y fuerte, y lo sacaba y metía de manera suave.
La verdad es que me estaba gustando mucho pero mi adicción a esa
sensación se estaba saliendo de control y cuando menos me di cuenta, estaba con
dos dedos dentro de mí, moviéndolos muy rápido y mi otra mano tocaba mis
pezones, todo muy rápido y duro.
Gemía de placer como loca, dejándome llevar, tocándome muy
rápido y duro, a la vez incrementaba el ritmo y cada vez sentía mas placer, la
sensación era tan deliciosa que ya no controlaba lo que hacía, solo me dejaba
llevar por ese placer que sentía y llenaba mi cuerpo.
Cuando ya no pude más, salió de mi un chorro de flujos mojando
mi cama. Y mientras me venía, estaba prácticamente gritando de placer,
retorciéndome en la cama de piernas abiertas y totalmente entregada al placer. Fue
tan rico que justo después de acabar de limpiar, caí dormida y a la mañana
siguiente lo volví a hacer...
Eso fue lo que paso, y bueno justo ahora, voy a cambiar las
sabanas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me incorporo y le sonrío metiéndome el pecho dentro del escote y bajándome el vestido que se me había subido. El vestido es sencillo pero elegante, me gusta. Al quitármelo me doy la vuelta de manera que mientras mi rostro está cubierto por el vestido mis senos, mi panocha se encuentren frente a el.